EXPRESIONISMO ABSTRACTO
El Expresionismo abstracto es un movimiento
pictórico contemporáneo dentro de la abstracción, en concreto, las tendencias
informalistas y matéricas posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Surgió en
los años 40 durante el siglo XX en Estados Unidos hacia 1947 y se difundió,
décadas después, por todo el mundo. Se considera el primer movimiento
genuinamente estadounidense dentro del arte abstracto, y ejemplo del liderazgo
que, en materia de artes plásticas, asumió Estados Unidos después de la Segunda
Guerra Mundial. Por ello fue directamente financiado por la CIA en el contexto
de la Guerra fría.
guerra fría
segunda guerra mundial
La mayor parte de los artistas más
importantes de esta corriente se apartan del lenguaje figurativo y crean un
nuevo estilo en donde se fusionan abstracción y surrealismo.
De éste, toman el
automatismo, además de experimentar con nuevas técnicas practican un arte
marcadamente individualizado en el que prima la expresión de la personalidad
del artista. La época de mayor auge de este movimiento coincide con el momento
en que el arte americano logra alcanzar su propia identidad y desvincularse de
la influencia del arte europeo. La presencia de importantes artistas de las
vanguardias europeas en Nueva York tras el estallido de la Segunda Guerra
Mundial, y en especial la del grupo surrealista en pleno determina e influye de
manera decisiva en el nacimiento de esta nueva corriente. En el expresionismo
abstracto se pueden distinguir dos grandes vías: la gestual o pintura de acción
(action painting) y la pintura de superficie-color (color field-painting). En
la pintura de acción encontramos artistas como Pollock, de Kooning, Kline,
Motherwell, Gorky y Hoffmann. Estos artistas conciben la creación pictórica
como un verdadero ritual y utilizan la pintura para dar rienda suelta a sus
estados de ánimo. La pintura de superficie-color centra su interés en las
diferentes posibilidades de ciertas yuxtaposiciones cromáticas y en la
combinación de colores en superficies generalmente de grandes dimensiones. Mark
Rothko, Clifford Still y Barnett Newman aparecen vinculados a esta vía.
Una de
las características principales de los expresionistas abstractos es la
concepción de la superficie de la pintura como all over (cobertura de la
superficie), para significar un campo abierto sin límites en la superficie del
cuadro: el espacio pictórico se trata con frontalidad y no hay jerarquía entre
las distintas partes de la tela.
El
cromatismo suele ser muy limitado: blanco y negro, así como los colores
primarios: magenta, amarillo y cian. Los pintores expresionistas que redujeron
la obra a prácticamente un solo color, estaban ya anticipando el arte minimal.
Este tipo de cuadros, con violentos trazos de color
en grandes formatos, presenta como rasgos distintivos la angustia y el conflicto,
lo que actualmente se considera que refleja la sociedad en la que surgieron
estas obras.
Wassily
Kandinsky – “Amarillo, rojo y azúl”
Centro de Arte Georges Pompidou. Paris 1925
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